¿Sabías que el padre de Gengis Kan fue envenenado cuando él era solo un niño? 

¿Que con 9 años su tribu lo abandonó a él, su madre y hermanos pequeños, en el desierto de Gobi?

¿Que fue esclavizado, humillado, maltratado, traicionado y derrotado una y otra vez? 

Y aun así, logró unificar al pueblo mongol a la edad de 60 años…Y en lugar de jubilarse, decidió cambiar la historia y conquistar medio mundo.

No tengo nada en común con este personaje histórico, salvo dos cosas: soy perseverante y no me rindo.

 

 

Mi historia profesional no empieza en un despacho elegante con una taza de café perfectamente colocada. 

Comienza en el barro.

Mis primeros pasos como psicólogo fueron en entidades sociales, trabajando con personas en riesgo de exclusión: problemas graves, vidas complicadas y situaciones que parecían no tener salida. 

Esa etapa me marcó profundamente. Afianzó mi tendencia innata a perseverar, e impulsó la necesidad formarme tanto como pudiera.

 

 

En mi búsqueda de conocimiento tuve la fortuna de encontrarme con un referente nacional, alguien que cambió por completo mi visión de la psicoterapia.

Y aprendí a la antigua usanza (que va sin titulo, y ni falta que hace): como un aprendiz y su maestro artesano.

No solo me enseñó cómo HACER terapia bien, si no algo mucho más importante, a  SER buen psicólogo … y sigue haciéndolo, una década y media después.

 

 

Un año de máster que me podría haber ahorrado… (con este no acerté)

 

Y después de eso, me formé en Terapia Sistémica (este máster sí enterito: 3 Años). Una disciplina que me permitió profundizar en los contextos y relaciones que configuran a las personas.

Y el título me abrió las puertas de en una asociación que atendía casos derivados de servicios sociales, protección de menores, fiscalía, juzgados… Casos tan complejos que muchos habrían preferido evitar.

Y yo cambie un trabajo cómodo en Huesca y mejor pagado, por uno en Zaragoza, que me hacia coger el coche a diario para poder atender casos que desquiciarían a cualquiera.

 

Aun hoy, años después, sigo haciendo terapia cada 15 días en los servicios sociales de Jaca, simplemente porque me gusta.

 

 

A finales del 2017, tomé una decisión abrir mi propio despacho. No fue un simple cambio de escenario, sino el resultado de años de experiencias y aprendizajes (profesionales y vitales).

 

Y, por supuesto, no soy solo un montón de títulos colgados. He aprendido de los mejores, me he formado constantemente, y durante años he afrontando los retos más difíciles en psicología. Pero, por si te interesa, ahí van algunas credenciales:

• Psicólogo General Sanitario (Nº Col: A-02249).

• Máster en Intervención Sistémica y Familiar (Uni. ZGZ).

• Formación completa en Terapia Focalizada en las Emociones (de pareja e individual, por la ICEEFT ).

• Psicoterapeuta sistémico acreditado por la FEATF.
  

• Psicoterapeuta, en proceso de acreditación (cumplo los requisitos de formación y experiencia) en la FEAP.
  

• Un largo recorrido de cursillos, seminarios, conferencias…

• Y todos los meses, 3 grupos de supervisión de casos, de la mano de los/as grandes de mi profesión, (siempre se puede aprender más, y no me canso de ello).

• Miembro de la juta directiva de la Asociación Aragonesa de Terapia Familiar. (AATF)
  

• Durante 2 años y medio, único psicólogo del “Servicio de atención psicológica para hombres” del IAM, de Huesca y Zaragoza. (Esto lo menciono, por lo peculiar y específico que resulta).
  

Y, como Gengis Kan, que no se dejó derrotar por las circunstancias y yo no me rindo. Creo firmemente que nunca es tarde para enfrentar lo que llegue y crecer. Si tú estás dispuesto a dar el paso, yo lo estaré para acompañarte.